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AntonioSanchis

La séquia de Gas/d'en Gasch en el Cabanyal

“La pequeña Roseta, cargada con un cántaro casi tan grande como ella, iba vaso en mano por la playa de los baños, agitando su maraña de rubios pelos y gritando con voz débil: “Al aigua fresque­ta!”, sacada de la fuente del Gas” (Blasco Ibáñez, en Flor de Mayo).

La acequia más famosa del Marítimo es (era) la de Gas, que divide el Cabanyal del Canyamelar. Es uno de los últimos ramales de la acequia de Mestalla y hoy constituye el alcantarillado de la Avenida del Mediterráneo. Esta acequia no llevaba agua exclusivamente de la acequia de Mestalla, sino que tenía su propio caudal. Tanto en la actual plaza del Mercado del Cabanyal como en la Avenida del Mediterráneo, había fuentes abundantes y con agua de muy buena calidad. Hay indicios de que, en los primeros siglos, fondeaban algunos barcos muy cerca de su desembocadura, para aprovechar el agua. Y en el XIX la acequia tuvo gran importancia, constituyendo sus riberas una arteria muy concurrida, al lado de las cuales se edificaron viviendas de más calidad, que coexistían con pequeñas viviendas o con sencillas barracas.

Se conserva una preciosa fotografía del siglo pasado, en la que puede contemplarse a las cabanyaleras haciendo su colada en la acequia. Desde luego, era un espectáculo pintoresco. Aunque no opinaban así -a juzgar por las quejas- los desprevenidos viandan­tes que caían al suelo, al resbalar por las enjabonadas y relucientes piedras de los puentes. Respecto al nombre, popularmente se le viene dando el de acequia de Gas. Pero hay una corriente de opinión se inclina por llamarla d’En Gasch. De momento, no creo que podamos inclinarnos rotundamente a favor de uno de los dos términos. Pero puede resultar útil anticipar que, según el diccionario de Coromines, este término fue inventado por el químico flamenco J.B. van Helmont (†1644), haciéndolo derivar del neerlandés geest ‘espíritu’, pues Helmont calificaba también el gas de spiritus silvestris. La terminación parece debida al influjo del término blas, o soplo. Y que cuando en 1844 se inaugura la iluminación con fanales de gas en la Glorieta, era todo un espectáculo ir a contemplarla. Hasta que se popularizó esta sencilla cancioncilla: no te compongas/porque no irás/a la Glorieta/a ver el gas.

1.- OPINION INICIAL A FAVOR DEL TÉRMINO GAS. No hay datos que permitan identificar el nombre de la acequia con este elemento químico. Más bien hay que buscarlo en los numerosos apellidos Gas que se encuentran en la zona. Efectivamente, en el mapa que se elabora a raíz del incendio de las barracas del Cabanyal en 1796, con la intención de reordenar toda la zona, hay una barraca llamada de Gas y a la fuente que vertía a esa acequia, cerca del mercado del Cabanyal, también se la llamaba de Gas. En multitud de documentos del siglo XIX se insiste en llamar a esa acequia como la de Gas, y es esa denominación la que usa Blasco Ibáñez en toda su obra. No consta ningún documento oficial que la nombre como la d’En Gasch. Lo cierto es que en mis modestas y provisionales investigaciones he constatado que en las Actas y planos y en el conjunto de toda la documentación del Ayuntamiento de Pueblo Nuevo del Mar durante el siglo XIX siempre se habla de Gas, con o sin acento. Nunca se habla d‘En Gasch. En los protocolos notariales se habla de construcción de barracas junto a la acequia del Gas. Por ejemplo, en 1791 ya se hablaba de una barraca junto a otras de Josepha Bru y Pasqual Danza, junto a la Azequia de Gas, teniendo por espaldas el mar, playa de por medio. Y en 1830 se dice que la barraca que servía de matadero en la calle Carmen lindaba “por un lado con la barraca de Bautista Cister, por otro la acequia de Gas”. Y éstas son las descripciones de Blasco Ibáñez en Flor de Mayo: “A la orilla de la acequia del Gas, las mujeres, puestas de rodillas y moviendo sus inquietas posaderas, lavaban la ropa o fregaban los platos”. “La tripulación (de las barcas del bou), cansada del líquido recalentado de los toneles (estaba) deseosa del agua fresca de la Fònt del Gas”. “El trozo de playa entre la acequia del Gas y el puerto, olvidado en el resto del año, presentaba (en el verano) la animación de un campamento”. Este ligero recorrido por textos antiguos encuentra una confirmación más sólida viendo el plano hecho a raíz del incendio del Cabanyal de 1796, donde hay una lista de los habitantes de las barracas. Entre ellos, un tal Felipe Gas y la fuente de Gas. Tanto Ximo Díez como el viejo capitán José Huertas, especifican que ya se tienen noticias de la familia Gas en 1855, que poseían barcos y que en una tienda propia vendían lo que transportaban en ellos.

2.- OPINIONES A FAVOR DE LA DENOMINACIÓN D’EN GASCH. Esta documentación y el uso popular del término no basta a algunos otros estudiosos. Entre los autores que he podido leer, el más antiguo y más prestigioso es José Rodrigo Pertegás, que en su Ensayo sobre topografía preurbana de Valencia, publicado en  1922, habla de las fuentes y acequias utilizadas para los usos domésticos y agrícolas. Entre otras de Carpesa, Benimaclet o Borbotó, nombra a las de “En Gasch y Pixavaques, en El Cabañal y Cap de Fransa”. Después de él, Martínez Aloy le llama siempre acequia de Gas, aun “reconociendo” que su nombre era el d’En Gasch (¡), según propugnaba un erudito de su época, Francis­co Almarche, que debió expresarse así en alguna conversa­ción privada, pues no he podido encontrar ningún escrito suyo que lo corrobore. Siguiendo la estela de estos autores, Luis Minguet Albors, en su manuscrito conservado en la Biblioteca de San Miguel de los Reyes, hace una ligera descripción de las fuentes de Valencia y, parece que siguiendo a Rodrigo Pertegás, dice que “entre las fuentes celebradas de los alrededores se encuentra la de en gasch, en los alrededores de las poblaciones marítimas”. Es lo mismo que dice Sanchis Guarner comentando una foto del siglo pasado, tomada desde la esquina de la actual Avenida Mediterráneo con la calle Progreso: “Vet ací la séquia d’En Gasch que servia per a escurar els plats i rentar la roba”. . Recientemente, otros varios autores se inclinan por la denominación d’En Gasch. Por ejemplo, Carles Ibors Sanchis, en el libro de VV.AA., Història de la ciudad, II. Territorio, sociedad y patrimonio. Una visión arquitectónica, dice que “el sector comprendido entre los poblados marítimos, el río Turia y la Ermita de Vera dividía la acequia de Mestalla en dos canales subdivididos en diversos brazales. Estas dos unidades de riego abastecían el citado espacio y buena parte de sus derivaciones confluían junto a la restinga, desembocando por varias salidas descubiertas hacia el mar, como hacía hasta mediados del siglo XX la séquia d’en Gasc, mal llamada del Gas”. Francesc Cardells, en su tesis inédita La cultura material baixmedieval a l’àmbit rural de l’Horta de València, insiste en la denominación d’En Gasch. Ahora bien, ni Sanchis Ibor ni Cardells avalan documentalmente en ningún momento la validez de esa denominación, como tampoco lo hacían Rodrigo Pertegás o Sanchis Guarner.

3.- A LA BÚSQUEDA DE UNA SOLUCIÓN. Aunque los documentos manejados indican que deberíamos inclinarnos por la denominación de Gas, una duda razonable flota en el aire, pues algún motivo deben de tener autores de reconocido prestigio para mantener la denominación de’En Gasch. Quizá no sea suficiente la falta de “pruebas” positivas a favor de la denominación d’En Gasch para concluir que el nombre que corresponde a la acequia es el de Gas. El caso es que no me quedo tranquilo llamándola simplemente del Gas. Así pues, mientras esperamos que alguien encuentre un documento verídico y no una mera opinión que apoye fuera de toda duda la denominación d’En Gasch y nos saque definitivamente de dudas, dejemos abierta esa puerta, que Ignasi Mangue insiste en atravesar. Y, aunque no demuestra nada, aduce una pista argumentando que el apellido Gas proviene claramente del apellido Gasch, muy extendido con anterioridad al siglo XIX. Efectivamente, en el diccionario de Alcover, Moll y Sanchis Guarner se dice que Gas es un “llinatge existent a Rialb, Barcelona, La Galera, Xerta, Santa Bárbara, Tortosa, Castelló, Alcora, València, Benifaió, Alacant, etc”. Pero también añade que es una “sèquia de l’Horta de València, que abans s’anomenava sèquia d’En Gasc. Y explica que Gas es probablemente una reducción del apellido Gasc. ¿Puede ser éste un camino que conviene recorrer en busca de la claridad? En este sentido, he encontrado un documento del ARV que, curiosamente, se bandea entre las dos denominaciones (ARV, Bailia, E, 2376, año 1807). El hecho es que en 1807 María Luisa Ortíz posee una casa-alquería en el Canyamelar, que tiene a un lado la barraca de Josefa Gas, viuda de Blas Roca, y, por otro, la acequia del mismo nombre. Maria Luisa denuncia a Josefa porque ésta ha abierto una nueva puerta en su barraca, invadiendo así el rellano de su alquería. Pero en el aspecto que ahora nos interesa, digamos que a Josefa se la apellida Gas en dos ocasiones, igual que a la inmediata “fuente nombrada de Gas”. Sin embargo, cuando se explicitan los límites de la alquería, se dice que uno de ellos es la barraca de Josefa Gasc y el otro la acequia. Lo más significativo del caso es que al escribir Gas en el texto se hace con toda naturalidad, empleando el mismo tipo de letra que en el resto, pero se advierte con toda claridad que al emplear el vocablo Gasc se hace como una corrección sobre el texto, como si alguien hubiera pretendido aclarar los conceptos, empleando para ello una grafía e incluso una tinta diferente. ¿Puede suponer una reivindicación del apellido auténtico frente al simplificado? Mi deseo es que esta minúscula y dubitativa aportación a nuestra topografía resulte de utilidad, aunque más que respuestas aporte dudas momentáneas. Pero además plantea una advertencia: para hacer afirmaciones históricas no podemos aceptar acríticamente afirmaciones anteriores que se convierten en tópicos vacíos y sobados. También deja en el aire alguna cuestión pendiente: por lamentable que pueda parecer, todavía no podemos afirmar que sepamos el significado de las palabras Canyamelar y Cap de França. Creo que profundizar en estos temas, así como en otros de más calibre, es una obligación de todos los que aman a su pueblo. Intentaré escribir algo sobre ello.

Antonio Sanchis Pallarés, Valencia, 28 de enero de 2005

1 comentario

Omar -

Hola le escribo para preguntarle donde podría comprar el libro que escribió usted y que se titulaba: Cabanyal siglo xx, es que tengo el primero que escribió y este libro no lo encuentro en ningún sitio.
Gracias